Beneficios de los cereales integrales
Los cereales integrales son los granos del cereal sin refinar, es decir, el grano con sus tres partes, y es uno de los ingredientes indispensables para cualquier dieta que presuma de ser saludable, ya que son una importante fuente de energía y nutrientes para el organismo.
Sus tres partes son: el salvado en la parte externa, la parte que contiene más fibra; en la parte media el germen, que aporta vitaminas del grupo B y vitamina E así como algunos minerales (fósforo, magnesio) y además, contiene ácidos grasos esenciales omega-3 y omega -6; y la tercera parte se encuentra en el interior y es el denominado endospermo que está formado por hidratos de carbono (almidón) y el complejo proteico que llamamos gluten.
La diferencia entre una harina integral y una blanca es que durante el proceso de molienda de esta última se retira el salvado de trigo y con ello se prescinde, aparte del alto contenido en fibra, de gran cantidad de vitaminas (B1, B2, niacina, ácido pantoténico, B6, biotina, folatos, carotenos y vitamina E), minerales (magnesio, zinc, hierro, calcio) y sustancias fitoquímicas.
El consumo de cereales de grano completo está relacionado con la prevención de diversas enfermedades crónicas de gran prevalencia en la sociedad actual, destacando los efectos positivos que ejerce sobre la salud cardiovascular, el sobrepeso y la obesidad.
Cabe decir que estos cereales son una rica fuente en hidratos de carbono, de hecho, los carbohidratos complejos (de absorción lenta) son el nutriente predominante en este alimento. Los hidratos de carbono complejos resultan mucho más beneficiosos que los hidratos de carbono simples, ya que estos últimos poseen un alto índice glucémico.
Además, como ya hemos comentado, son perfectos para evitar problemas cardiovasculares. Este beneficio no es exclusivamente debido al contenido en fibra, otros compuestos tales como los betaglucanos, la vitamina E y otros antioxidantes presentes en el grano entero disminuyen el estrés oxidativo y los mecanismos de inflamación, procesos clave en el desarrollo de eventos cardiovasculares como la angina de pecho, el infarto agudo de miocardio y el ictus.
Fuente: Gastronomia.com